lunes, 5 de julio de 2010

Propuestas para el éxito escolar


Cada elemento del proceso educativo: alumnado, familias, profesorado es un diamante. Por tanto, de un gran valor. No podemos permitirnos que año tras año tengamos tales tasas de fracaso escolar entre el alumnado, familias que demandan ayuda en el proceso educativo de sus hijos o profesores desmotivados.

Los países más desarrollados, por ejemplo los del norte de Europa, son los que cuentan con la población más preparada, no los que disponen exclusivamente de abundantes recursos naturales. En España y en Aragón no se está invirtiendo lo suficiente en educación. Porque formar lo mejor posible a toda la ciudadanía es una gran inversión de futuro, aunque no tenga rentabilidad política a corto plazo. Precisamente, la crisis económica pone de manifiesto que el modelo de grandes inversiones en eventos permite un desarrollismo a corto plazo que origina burbujas. Ello conlleva que un buen número de alumnos abandonen el sistema, obnubilados por la incorporación rápida al mundo laboral, sin una buena preparación. Cuando la burbuja estalla, nos encontramos con la dificultad de que muchos de los parados tengan otra ocupación por su baja cualificación.

Mientras que en buena parte de los países europeos se viene destinando más de un 6% del PIB desde hace muchos años, en España, incluso en los años de bonanza, siempre se ha invertido por debajo del 5% en educación. El presupuesto de 2010 es del 4,92%. Con estas cifras es difícil competir. Es como si en Fórmula 1, pormucho voluntarismo que pusiéramos, con un excelente piloto, pero con un coche poco potente hubiera que competir con el Ferrari de Fernando Alonso. Esa es la sensación de buena parte del profesorado, que con un sistema caduco debemos afrontar retos mucho más exigentes.

Y si es importante la cuestión económica, aún lo es más la personal. Cada vez que un niño fracasa en la escuela es también un fracaso personal. Aunque en realidad el fracaso tampoco habría que achacárselo a él, a su familia o al profesorado, sino al propio sistema. Los problemas de convivencia, de fracaso y de abandono escolar se deben en gran medida a la falta de respuesta educativa adecuada para determinados alumnos. En este momento, se está barajando la posibilidad de un pacto por la educación.

En España, el fracaso escolar (31%) dobla la media europea (15,7%). Finalizan la ESO solo un psicopedagógicos para afrontar estos importantes retos.Abordar con seriedad una serie de reformas estructurales exigirá una mayor inversión sostenida a lo largo de muchos años. Este debe ser de verdad el pacto al que tienen que llegar nuestros representantes políticos. Porque la solución a estos problemas va a exigir grandes inversiones. Vamos a enumerar algunas de las propuestas más importantes. La atención a la diversidad debe ser mucho más ambiciosa, debería contemplar, además, actuaciones con el alumnado con alta capacidad intelectual. España no se puede permitir el lujo de que el alumnado con mayor capacidad no obtenga excelentes rendimientos académicos. El tratamiento educativo del alumnado inmigrante debe ser mucho más innovador, debe implicar a más especialistas —como los servicios sociales o los servicios de orientación— y no recaer exclusivamente en el profesorado. En todo caso, el sistema educativo debe garantizar una respuesta adecuada en el momento en que lo precisa un alumno. Debe haber más flexibilidad, ya que nuestras escuelas son más complejas que las de hace unos pocos años, la heterogeneidad es mayor que nunca. Tanto las infraestructuras de una buena parte de los centros, más propias del siglo XIX que del XXI con aulas tipo para alumnado homogéneo, como cuestiones relacionadas 61,8%, frente al 76,7% de la media europea. En ambos casos, la situación solo es peor en Malta y Portugal. La Unión Europea ha dado varios toques de atención al Gobierno español para que reduzca esa tasas. Según datos del propio Ministerio la tasa de repeticiones es del 15% en Primaria y del 42% en la Secundaria obligatoria. Repiten más los chicos (48%) que las chicas (36%). Estas cifras suponen, además de consideraciones pedagógicas, un gran coste económico: cuestan al Estado mil millones de euros al año.

Si queremos aumentar el éxito escolar, la sociedad entera debe priorizar la educación. No valen declaraciones de intenciones sin una inversión y, sobre todo, una determinación clara de que el sistema educativo debe mejorar. Exigiendo más a cada una de las partes, controlando la eficacia, invirtiendo en infraestructuras y, sobre todo, en profesorado. Hemos perdido demasiados años en debates estériles que poco tenían que ver con la educación y mucho con la ideología. Por ejemplo con el caso de la Educación para laCiudadanía. Mientras tanto, no se escucha a las personas que estamosencontactodirectoconlas familias y el alumnado.
Propuestas Pedagógicas

Desde la Asociación Psicopedagógica proponemos dejar de lado la ideologización de la política educativa y que se consideren exclusivamente criterios psicopedagógicos para afrontar estos importantes retos.Abordar con seriedad una serie de reformas estructurales exigirá una mayor inversión sostenida a lo largo de muchos años. Este debe ser de verdad el pacto al que tienen que llegar nuestros representantes políticos. Porque la solución a estos problemas va a exigir grandes inversiones. Vamos a enumerar algunas de las propuestas más importantes.

La atención a la diversidad debe ser mucho más ambiciosa, debería contemplar, además, actuaciones con el alumnado con alta capacidad intelectual. España no se puede permitir el lujo de que el alumnado con mayor capacidad no obtenga excelentes rendimientos académicos. El tratamiento educativo del alumnado inmigrante debe ser mucho más innovador, debe implicar a más especialistas —como los servicios sociales o los servicios de orientación— y no recaer exclusivamente en el profesorado. En todo caso, el sistema educativo debe garantizar una respuesta adecuada en el momento en que lo precisa un alumno.

Debe haber más flexibilidad, ya que nuestras escuelas son más complejas que las de hace unos pocos años, la heterogeneidad es mayor que nunca. Tanto las infraestructuras de una buena parte de los centros, más propias del siglo XIX que del XXI con aulas tipo para alumnado homogéneo, como cuestiones relacionadas con la autonomía de las decisiones o la promoción del alumnado deberían adaptarse a la realidad actual. Es necesaria una concepción de la escuela, más participativa con espacios, tiempos y agrupamientos mucho más flexibles, unas ratios más reducidas y unos centros educativos menos masificados. Hay que ser más ambiciosos en los grupos de refuerzo, en los desdobles y en las adaptaciones curriculares.

Flexibilidad
Hay que anticiparse a los problemas, tanto de tipo académico comode convivencia. Si no haymedidas preventivas, que deben adoptarse desde las diversas disciplinas y en el momento en que surge el problema, posteriormente las soluciones serán mucho más difíciles. La apuesta es que cada alumno tenga una atención especializada desde el principio, si es en Infantilmejor que en Primaria. En ese sentido hay que favorecer la función tutorial para que el profesorado disponga del tiempo necesario para cada alumno individualmente.

Otro aspecto que ha de adecuarse a las exigencias de la sociedad actual es la metodología didáctica.Cuando un alumno fracasa o debe repetir, se vuelve a reproducir el mismo sistema docente que ya ha demostrado su fracaso. Continúan primando las aptitudes cognitivas, y su evaluacióncon elmodelo-examen, frente a otros factores de tipo actitudinal y procedimental. Es necesario profundizar mucho más en medidas contrastadas que están dando muy buenos frutos, como el aprendizaje cooperativo, el aprendizaje colaborativo y la mediación entre los propios alumnos.

Formación inicial y permanente del profesorado adaptada a las nuevas necesidades.Hay que asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes se desconocían, como los alumnos disruptivos, la desmotivación, el déficit de atención, la hiperactividad, las ludopatías, la anorexia, el ‘ciberbullying’ o la drogadicción. También precisan formación en temas tales como: materiales específicos para trabajar en esa diversidad, agrupamientos más flexibles, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, evaluación, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la convivencia en la comunidad educativa, etc.

Son necesarios profesionales que hagan realidad las medidas anteriormente aludidas. Es decir, si no hay más profesores de apoyo, orientadores, trabajadores sociales y profesionales de la salud no se puede diagnosticar a tiempo cualquier problema personal o de aprendizaje. Por otro lado es imprescindible que el profesorado disponga del tiempo necesario para la formación y la atención a la diversidad. Si no se reducen las ratios es imposible que estas funciones se hagan con la suficiente calidad. Es imprescindible la formación emocional del profesorado, de los alumnos y de las propias familias. Gran parte delmalestar docente y de los problemas de convivencia se debena que no se están gestionando adecuadamente los conflictos.

Finalmente, pedimos una mayor implicación por parte de las familias y del propio alumnado. La sociedad deberá hacer un esfuerzomayor en educación, pero también deberá exigir que estos recursos se utilicen bien. Cuando sea precisa una gran inversión en un alumno por sus dificultades personales, habrá que poner todo el empeño en ello, pero también deberemos pedir responsabilidades cuando por desidia no se aprovechen estos recursos.

Juan Antonio Planas
Presidente
Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España
y colaborador de la Asociación Psicopedagógica de Ceuta

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